CEREBROS
En clase, estamos dando los aparatos y sus órganos. Elena nos
iba a enseñar un cerebro real. Le pedí a mi abuelo, que es carnicero, un par de
ellos. Elena trajo, también, uno cocido para cocinarlo en clase.
Cuando mi abuelo me los dio, aluciné, nunca había visto nada
igual. Al llegar a casa los metí en la nevera para llevarlos al día siguiente
al cole.
Lo primero que hicimos fue examinar y cocinar los que Elena
trajo. Los rebozamos con harina y huevo y los frió. Los probamos todos menos
uno. A unos les gustaron y a otros no
porque decían que la textura era “rara”.
Los crudos los diseccionamos para volver a analizar sus
partes y todos pudimos cogerlos con nuestras manos. ¡Qué sensación!. Nos lo
pasamos genial. Nunca se nos va a olvidar como es un cerebro.
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